El reto que se les presenta a los municipios de toda Extremadura es el de iluminar más y gastar menos. Esto que aunque pueda parecer contradictorio, actualmente y gracias a la tecnología que nos rodea es posible.
Por primera vez, la responsabilidad en cuanto al consumo de energía abandona los domicilios particulares para salir a la calle. La Agencia Extremeña de la Energía ha declarado que no sólo se trata de la agresión que se viene produciendo al medio ambiente, sino que además supone un buen mordisco a las arcas de cada Ayuntamiento anualmente, seguramente superior al 40%, según Fernando López, director de este organismo.
López afirma que el alumbrado de los municipios de la provincia, un asunto de carácter local, está «poco modernizado, ya que hay muchos pueblos que llevan más de veinte años con las mismas luminarias y el coste que tienen es considerable». «La situación -añade- se da prácticamente en toda España y se debe a que hasta hace poco no había conciencia de eficiencia energética».
Actualmente Agenex se encuentra realizando estudios basándose en situaciones simuladas que establecen con gran exactitud el inmenso ahorro que podría llegar a alcanzar una población sin aplicase medidas correctoras en su red de alumbrado público. A pesar de lo que algunas personas crean, estas medidas no deben basarse en apagados parciales, esto es, en que dejen de iluminar la mitad de una línea de farolas alternativamente ya que, a pesar de que hasta ahora se trata del sistema de ahorro más difundido, se pierde uniformidad lumínica y la tensión que recibe la red no es recomendable.
Y por supuesto no debemos olvidar lo más importante, la luz equivale a seguridad, de hecho, los ciudadanos nunca renunciarán a ella. Teniendo todo esto en cuenta, la Agencia Extremeña estima que se impone la necesidad de invertir un dinero que al cabo de cuatro años retornará en forma de ahorro.
