Tras el minuto de silencio en memoria del fallecido Juan Antonio Samaranch (Presidente del COI) daba comienzo un partido que cumplió las expectativas que en torno a él se generaron: fútbol, goles y emoción en cada minuto. El ambiente no podía ser mejor: buen tiempo, calor, y aunque en Azuaga había comuniones, el público respondió a partir de los 10 primeros minutos, y hubo otro casi-lleno del estadio. Además, destacar que en el bar se agotaron totalmente las existencias durante la segunda parte.
Durante el calentamiento, nuestro portero suplente Zapy se lesionaba y por lo tanto dejaba solo a Colo, que también estaba lesionado en la rodilla y se vio muy limitado durante todo el encuentro. Éste empezó con avisos de ambos equipos, hasta el minuto 13 en el que Lobo disparaba a puerta desde muy lejos. El balón iba directo a la escuadra pero el portero se interponía entre el balón y el gol. Aún así, el cancerbero no conseguía bloquear la pelota y Toncheff, a placer, cogía el rechace y lo mandaba al fondo de las mallas.
Apenas dos minutos después, en el 15, Colo salía fuera del área a un balón en teoría fácil, pero la lesión anteriormente citada le impedía despejar correctamente y un jugador rival, al que le cayó la pelota, conseguía empatar el partido con un disparo desde el medio del campo a portería vacía. De ahí en adelante comenzó el partido de verdad, los equipos bajaron el balón al suelo y comenzaron a enseñar lo mejor de sí. Por el Azuaga, destacar sobre todo a Enrique, que colapsó a su marcador por la banda derecha, provocando además el penalti que Toncheff convirtió en el 2-1 justo antes del descanso.
Si el final del primer tiempo fue bueno para el Azuaga, el comienzo de la segunda lo iba a ser para los frexnenses, y digo el comienzo porque cuando la gente aún estaba en el bar, o subiendo las escaleras de la tribuna, a los 30 segundos del relance, el dorsal 10 visitante se encontraba un balón al borde del área y enviaba un fuerte chute que, tras golpear en el larguero, entraba a la portería empatando el encuentro. Además, un minuto después, otro gol del mismo daba la vuelta al partido y sembraba el pesimismo en la grada. Se complicaba, y mucho, el partido.
Era necesario hacer algo, y como siempre, Marcelo conseguía ir un pasito por delante de la situación. Estamos ya acostumbrados a que las ideas del argentino se transformen en resultados positivos, y hoy también ha sido así: Juan Murillo entró por Santi y Copito por Raúl, y aunque se perdió mucha consistencia en el centro del campo, se ganó potencia arriba y llegaron los goles. El primero, de Pedro, que ya se lo estaba ganando tras varias ocasiones falladas. Era Wally el que galopaba por la banda izquierda, mandaba un pase raso al corazón del área, y Pedro disparaba haciendo inservible la estirada de la meta visitante. Y dada la intensidad del partido, solo se sucedían ocasiones, condicionando así que rápidamente el de Usagre volviera a marcar y volver a poner el resultado de cara para los nuestros.
La balanza se iba declinando para los nuestros, con 3 tiros que pasaron rozando el palo, y ya era evidente que el 5º gol iba a llegar tarde o temprano. La afición, a sabiendas de esto, se animó y mucho. El bombo no paraba de retumbar y las palmas y los cánticos se sucedían entre ellos. Incluso, hasta en 5 ocasiones, se hizo la ola por la tribuna del Municipal, algo que evidencia aún más lo que todos sabemos: la ilusión por el fútbol ha vuelto a Azuaga, y de eso, gran culpa, la tiene nuestro entrenador, aunque también es cosa de jugadores, directiva, colaboradores, socios, etc.
Tanto va el cántaro a la fuente que, al final, ya se sabe. Toncheff tenía que culminar este partidazo. Sus controles de pecho son impresionante, su manera de moverse, de tocar la pelota, sus disparos. Es un grandísimo futbolista, y lo demuestra cada domingo. Hoy nos deleitó con un hattrick, que consiguió a la vez que ponía el 5º en la cuenta rojiblanca. Juanito, que había insistido mucho por su banda, tras varios recortes centraba al corazón del área y el argentino conectaba un fuertísimo testarazo que se transformaba en gol.
Llegaron los últimos cambios y saltaron al terreno Jaime y Popi, este último por Toncheff que recibió una muy merecida ovación. El Frexnense ya veía de lejos el partido, y aunque en todo momento demostró ser un buen equipo, dejó de crear peligro y la posesión prácticamente la tenía el equipo local. Copito, junto a Juanito, revolucionó el partido con su salida y aunque no consiguió el gol, creó mucho peligro. Además fue partícipe del último gol, que lo consiguió Pedro para sellar el marcador y hacer su tercero en su cuenta particular de la matinal. Tanto él como Toncheff hicieron hattrick y firmaron un partidazo.
Al final del partido, alegría en los jugadores y afición azuagueña, y decepción en las de los de Fregenal, que se habían marcado un partidazo pero que se volvían a casa sin ningún premio. Enhorabuena también a ellos porque tanto en este encuentro, como en el de ida, han demostrado ser un equipo a tener en cuenta, y es que esto ni mucho menos ha terminado. Aún quedan 3 jornadas por disputarse, más encuentros suspendidos en el caso de algunos equipos.
