El Diario Oficial de Extremadura (DOE) ha publicado en su edición de este jueves la resolución por la que inicia los trámites para declarar como Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de monumento la ermita de Nuestra Señora del Ara de Fuente del Arco. La Consejería de Cultura ha iniciado este expediente.
De modo que el DOE ha publicado la resolución por la que se vuelve a incoar expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, en la categoría de Monumento, de la ermita Nuestra Señora del Ara en Fuente del Arco (Badajoz).
En 1993, la entonces Consejería de Cultura y Patrimonio inició el expediente para su declaración como BIC, llegando a inscribirse provisionalmente en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura.
Con la resolución que publica el DOE se retrotrae el procedimiento dejando sin efecto la incoación de 26 de agosto de 1993 y se da cumplimiento a la Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, en la que se articula la necesidad de la descripción del BIC a declarar como tal, así como su patrimonio inmaterial asociado, los bienes muebles asociados a ésta y una delimitación gráfica del bien incoado.
La ermita de la Virgen del Ara, conocida como la " Capilla Sixtina " de Extremadura debe su singularidad a que tanto su nave, como el presbiterio y el camarín están completamente decorados con pinturas murales de varias épocas y se sitúa en el término municipal de Fuente del Arco en un valle «de gran belleza paisajística».
El edificio se localiza en torno a un patio y a una serie de construcciones agropecuarias vinculadas a la ermita desde antiguo. El origen de la actual ermita se relaciona, en primer lugar, con un posible asentamiento romano y con continuidad en el periodo visigodo. Por otro lado, la ermita guarda igualmente relación con una posterior aparición mariana.
Las pinturas murales son el elemento más interesante de la ermita y la convierten en un edificio «realmente único». Las pinturas están pintadas al temple y recubren todas las paredes y las bóvedas.
Asimismo, abundantes elementos decorativos vegetales, antropomorfos y geométricos enmarcan y rodean las distintas escenas y una especie de friso corrido a modo de trampantojo separa las pinturas de los muros de las de la bóveda de la nave.
Las pinturas más antiguas corresponden a finales del siglo XV y son las del zócalo del templo. Por encima del mismo, en las paredes de la nave, hay representadas estaciones del Vía Crucis. La decoración de la bóveda de la nave es del año 1736.