Ayer por la tarde, sobre las cinco, las calles de Azuaga se inundaron de estrepitosos ruidos de sirenas que se entremezclaba con la incesante lluvia que asolaba la localidad.
La calle Alconchel del municipio pacense era invadida por la desgracia, la casa que ocupaba el número 28 de dicha calle se venía abajo, en su interior, cuatro personas, entre ellas tres niños.
Jesús María se encontraba en el interior de la vivienda junto a sus tres hijos cuando la terraza ubicada arriba de la vivienda cedía sin previo aviso. Entre las causas que se barajan están por un lado, las fuertes lluvias que viene padeciendo Azuaga desde hace ya un par de meses, y por otro lado, el hecho de que en la casa se estaban realizando obras durante esos días.
El derrumbamiento afectó principalmente a la parte trasera de la vivienda, lugar donde quedaron atrapados los tres menores bajo los escombros. A pesar de la rápida actuación en el auxilio de todos los equipos de emergencia, no se pudo hacer nada para salvar la vida del más pequeño de los hermanos, que aunque fue sacado de entre los escombros con vida, su pequeño cuerpo de tan solo tres años no pudo aguantar la reanimación que se le llevo a cabo en el interior de una ambulancia medicalizada, perdiendo la vida en la misma, en la puerta de su casa.
Sus hermanos mayores, de 8 y 15 años, corrieron más suerte. El mediano fue trasladado con pronóstico reservado al Hospital de Llerena, mientras que el mayor apenas sufrió algunos rasguños, aunque también fue trasladado. A partir de las ocho de la tarde, ambos fueron dados de alta.
Insistir en la rapidez con la que se activó el plan de emergencia local en el que intervinieron tanto efectivos de los parques de bomberos de Azuaga y Llerena, como la Cruz Roja, los servicios médicos de urgencia, Policía Local y Protección Civil. Señalar además que muchos vecinos de esta localidad se acercaron hasta el lugar del siniestro para ayudar y colaborar en el desescombro.