Imaginar no cuesta nada y además, está al alcance de cualquiera. Pensemos en una catástrofe, pero no en una insignificante, no, mientras más grande, mejor. Imaginemos qué podría ocurrir en Extremadura que fuera tan grave que obligara a movilizar lo más rápido posible a policías locales y nacionales, guardias civiles, militares, políticos de todo signo y rango, voluntarios, sanitarios, personas de todos los puntos de la región, incluso de otras regiones y hasta expertos llegado desde Bruselas por orden de la mismísima UE.
Pues bien, dejemos de pensar, ya que la Junta de Extremadura lo ha hecho por nosotros y no precisamente como un ejercicio de entretenimiento para pasar el tiempo, sino como algo serio. Según palabras del director general de Justicia e Interior de la Junta, Rafael Pérez Cuadrado, “será como el Armagedón extremeño”.
Estamos hablando del que será el simulacro mayor de la historia de la comunidad autónoma, el cual tiene ya presupuesto, reparto y argumento. A pesar de que el riesgo sísmico en Extremadura es mínimo, todo comenzará con un terremoto. Efectivamente, al noreste de la región, concretamente entre las comarcas de Los Ibores y Campo Arañuelo, cerca del embalse de Valdecañas (el 2º más grande de la cuenca del Tajo) se producirá un seísmo de tal magnitud que romperá el muro de la presa, liberando así más de mil millones de litros de agua.
Esta inmensa ola se expandirá sin ningún control cauce abajo y pasará por encima de la central nuclear de Almaraz. Es en este punto donde entran en juego las autoridades nacionales ya que, el riesgo nuclear es una cuestión de Estado. La avalancha de líquido continuará hacia abajo, hasta llegar al pantano de Alcántara (3.160 hectómetros cúbicos de capacidad), el segundo más grande de España y el cuarto de Europa. Será el mismo día del simulacro cuando se decida si Alcántara se rompe o no.
No obstante, lo haga o no, el panorama es desastroso: una presa rota y una central nuclear con todas sus alarmas disparadas. El agua, que se encuentra contaminada, una vez pasado Alcántara, se dirige a Portugal. Es aquí donde entra en escena otro país comunitario, con lo que el suceso pasa de ser un asunto de Estado a involucrar directamente a la Unión Europea.
Con la autorización de Bruselas, y subvencionado por la UE, Extremadura cuenta con 346.000 euros para llevar a cabo este simulacro que está previsto que tenga lugar en el mes de mayo. De dicha cantidad, la Junta aportará 86.000 euros y el resto corre a cargo de la Unión Europea.
