El guardián del Alto Guadiato

El guardián del Alto Guadiato - Belmez

El Castillo de Belmez, visible desde cualquier ángulo, se alza majestuoso sobre la cima de una elevada roca caliza desde la que se domina casi todo el Valle del Guadiato.

"Se cree que fue construido por los musulmanes. Es el elemento más representativo de la población, aunque no se ha llegado a un acuerdo a la hora de fijar la época de construcción ante la ausencia de alusiones a él en los textos árabes", aclara la técnica de turismo de la localidad, Jessica Rebollo. "Los primeros documentos escritos datan del año 1237, cuando el rey Fernando III El Santo conquista Belmez a los árabes".

Durante más de un siglo, el más grande de los abandonos rodeó el castillo y la villa hasta su repoblación por los cristianos en 1316. A partir de este momento y a lo largo de toda su historia, la fortaleza ha sido testigo de grandes enfrentamientos, perteneciendo a los árabes, a los cristianos e incluso a los franceses durante el periodo de1810. "Tras la invasión francesa, los vecinos de Belmez colaboraron en destruirlo ante el temor de una nueva invasión y la ocupación del mismo por los enemigos. A finales del XVIII, la asociación destructora no se reduce sólo a elementos arquitectónicos, extendiéndose al soporte rocoso con la explotación minera de sus fosfatos calizos", puntualiza Rebollo. Además, añade que "la imponente roca sobre la que se asienta el castillo ha sido objeto de innumerables agresiones a lo largo de los siglos por la mano del hombre, que ha encontrado muy apetecible su componente calizo".

Asimismo, no se escapa de referencias literarias y leyendas populares tales como la que narra Alberto Días Villaseñor en su libro El tesoro de los franceses, en el que relata que los cristianos vencieron a los musulmanes atrapándolos en la torre y dejándolos sin agua hasta que murieron. Existen muchos casos de castillos encantados y fantasma donde no faltan las historias de apariciones en torno a enormes y misteriosas mansiones de leyenda. Así, éste es uno de ellos, donde, según afirma Jessica Rebollo, los más ancianos de la ciudad aseguran que en el castillo habita un fantasma que custodia y vela por las ruinas del mismo.

Esta fortificación ocupa un lugar privilegiado, ya que es un magnifico mirador desde el cual se pueden divisar los municipios vecinos de Peñarroya-Pueblonuevo, Espiel y Fuente Obejuna. De forma irregular, por tener que adaptarse a la agreste orografía del lugar, posee una planta alargada rodeada por una gruesa muralla donde se insertan cinco torres semicilíndricas y, adosada al muro Noreste de la muralla, se encuentra situada la torre del homenaje, que ocupa parte del patio de armas. A la fortaleza se llega por una empinada y zigzagueante escalera que parte desde la calle Rafael Canalejo Cantero. A lo largo de su recorrido se han dispuesto algunos descansillos que permiten recuperar el aliento y desde los que puede verse la cantera. "Queremos conseguir una ayuda para construir una barandilla alrededor de la escalera, si bien también nos gustaría construir un elevador para el acceso al mismo", puntualiza Rebollo.

El castillo es hoy día una hermosa ruina en la que se puede valorar la planta irregular adaptada al perfil del cerro en que está enclavada. "El patio de armas se encuentra en estado regular, mientras que las murallas y las torres cilíndricas se conservan en buen estado. El exterior de la torre del homenaje se mantiene bien, aunque el interior se encuentra deteriorado por las pintadas en las paredes", precisa la técnica de Turismo. Además, añade que "el castillo está abierto durante todo el día. En ocasiones, también realizamos representaciones teatrales en el descansillo del mismo, como la que tenemos prevista para finales de año, además de un mercado medieval para incentivar la importancia que tiene para el pueblo". "Es el monumento más bonito de la villa", asegura orgullosa Jessica Rebollo.

Las casas blancas de Belmez ofrecen una perspectiva diferente vistas desde el fortín, que se ha convertido en el verdadero guardián del Alto Guadiato desde donde podemos contemplar un paisaje único y milenario.

Fuente: El Día de Córdoba 

Todo lo que necesitas saber de Belmez