A través de nota de prensa, Díez Solís afirma que la Junta está considerando esta posibilidad con el argumento, según se desprende de una respuesta en sede parlamentaria, de que "conllevará una significativa mejora de la calidad educativa para el alumnado".
Díez cree que pueda tratarse de un “hecho consumado”, a pesar incluso de la falta de unanimidad de todas las comunidades educativas y de que en estas uniones, que si se llevan a cabo supondrán la desaparición inevitable de algunos centros, "vayan a primar intereses meramente presupuestarios antes que los intereses educativos", declaró.
El Grupo Parlamentario Popular ha preguntado a la Junta en la Asamblea por las consecuencias directas de la posible fusión, entre las que apunta una pérdida de puestos de trabajo y un incremento de la ratio de estudiantes por docente.
También se ha cuestionado si la integración se adapta a los objetivos de la futura Ley de Educación para Extremadura que pretende alcanzar, ya que, una de las propuestas elaboradas para tal fin apuesta por "disminuir la ratio alumno-profesor para conseguir el éxito de todos".
Para César Díez, resulta paradójico que mientras el director general de Política Educativa, Felipe Gómez, manifestó el pasado miércoles que el proceso de unión de los institutos de Llerena es un proyecto "meramente técnico" en el que trabaja la consejería, el servicio de inspección educativa haya manifestado a los directores que la oferta educativa es única para los dos centros, "dándose así por hecha la fusión".