En mayo se celebran y disfrutan en la inmensa mayoría de pueblos de la Campiña Sur las fiestas relativas a la primavera, esto es, este mes viene acompañado de la festividad de las Cruces.
Seguramente sean muchos los que a pesar de conocer estas fiestas desde su más tierna infancia no tengan idea de dónde proceden, para ellos ahí va un pequeño resumen para esclarecer dicha incógnita.
Religiosamente estas fiestas se celebran en honor a la Santa Cruz donde murió Cristo, que fue hallada por Santa Elena.
No obstante el arraigo popular de la fiesta proviene de ciertas celebraciones de los romanos.
La historia, entremezclada con mucho de leyenda, cuenta como el emperador Constantino I el Grande, en el sexto año de su reinado, se encontraba a orillas del Danubio inmerso en una batalla imposible contra los bárbaros. Debido a la magnitud del ejército enemigo, era utópico pensar en poder salir victorioso de la lucha.
Pero una noche, mientras Constantino pensaba en lo complicado de la situación, se le apareció brillante la Cruz de Cristo en el cielo, encima de ella, una inscripción: “In hoc signo vinvis” (Con esta señal vencerás). Sin pensarlo, el emperador se hizo construir Cruz, la cual colocó al frente de su ejército, que venció a la inmensa multitud enemiga sin apenas dificultad.
Una vez en la ciudad y averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y ordenó edificar iglesias. Inmediatamente mandó a su madre, Santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. En la ciudad sagrada y con ayuda de los más sabios sacerdotes Elena encontró la Cruz, pero ésta no estaba sola.
En el monte Calvario, donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontró ocultos tres maderos ensangrentados y para descubrir cuál era la verdadera cruz donde falleció Cristo, colocó una a una las cruces sobre personas enfermas, e incluso muertos, que se curaban o resucitaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo.
A partir de ese momento nace la veneración a la Santa Cruz, debido a que Santa Elena terminó sus últimos días rogando a todos aquellos que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz.
Actualmente, y desde hace mucho, mucho tiempo, el día 3 de mayo las casas, plazas y calles, se llenan de cruces engalanadas con un sin fin de olorosas flores siendo difícil decidir cual de ellas es más hermosa.